En primer lugar y antes de nada recurriré a la celebre frase: “Para gustos, los colores”, para después reconocer que soy humano y tengo mis debilidades, asi que:

Parodiando la celebre frase de mi admirado y querido (no por conocido) José Antonio Camacho, !Pepe de mi vida¡,…. que bueno estas, las cosas son como son, y es que el Regaliz Pepe Panda esta para chuparse los dedos.

 Menos mal que con el envoltorio que tiene,  no necesitas si quieres, mancharte las manos al cogerlo, aunque a veces reconozco que no me importa, aunque eso de chuparse los dedos después no este muy bien visto, pero es que esta tan rico.

La barra de Regaliz Pepe, aunque recién llegada a nuestro país es una veterana en el mercado Europeo, fabricada en la bonita ciudad de Vaajakoski entre bosques y lagos en el corazón de Finlandia, aporta al mundo de regaliz el virtuosismo en la fabricación, rayando con el Arte, los maestros artesanos de Panda, toman la esencia de la planta mediterránea para obrar milagros con ella.

Con la premisa de la extrema calidad como meta estos finlandeses son la repera, no ya porque no usen sal, conservantes o aditivos, sino porque en la búsqueda de ofrecer la extrema calidad sustituyen el azúcar blanqueada por jarabe de melaza marrón, muy rico en nutrientes, eliminan cualquier grasa de la formula magistral con lo que consiguen un producto con menos calorías.

Y tratan a su producción como se merece, como un exquisito vino o como un exclusivo perfume, pero con la grandisima ventaja de que esta barra de regaliz nos la podemos permitir todos.