Aunque en Europa la Stevia es conocida gracias a las investigaciones que realizo Pedro Jaime Esteve (1500-1556), no fue hasta las que realizaron Moises Santiago Bertoni (1857-1929) y Ovidio Rebaudi (1860-1931) cuando tras su estudio científico y análisis químico comenzó a ser seriamente considerada por la Cultura científica Occidental.

Nuestra pequeñina en su primer mes después del trasplante

Esta planta que nos parece a los europeos tan chic y novedosa, llevaban disfrutándola como edulcorante y por sus propiedades medicinales los indios Guranies varios siglos antes de que Pedro J. Esteve la trajese a Valencia.

Ellos la denominaban “Ka’a He’é” ka’a (hierba) y he’ẽ (dulce), y la usaban para endulzar su Mate así como otras infusiones.

En 1968 fue introducida en Japón por el botánico japonés Tetsuya Sumida convirtiéndose desde entonces en uno de los principales mercados del producto, la larga lista de países productores que hay en la actualidad es encabezada !Como no¡ por China que ademas se ha convertido en uno de los principales consumidores de este fabuloso producto.

De ella se extraen principios activos, esteviósido, rebaudiósido, dulcósido y otros glicósidos, entre ellos el rebaudiósido A, este es el mas dulce con un poder de endulzamiento de 300 veces el del azúcar, siendo muy abundante en las hojas viejas de la planta anteriores a la floración.

Una de las grandisimas propiedades que posee la Stevia es que ayuda a reducir el nivel de glucosa en sangre, este sin embargo es uno de los grandes inconvenientes que tiene la Stevia ya que representa una amenaza para la industria farmacéutica por su fácil obtención, de echo la multinacional de refrescos mas importante de nuestro Sistema Solar ya ha patentado mas de 24 patentes, fundamentalmente en relación con los procesos para extraer los extractos de las hojas para que no deje el sabor amargo que tiene el Esteviósido, esto viene a ser como si patentásemos la distintas formas de mover la cucharilla dentro de nuestra taza de desayuno.